El automovilismo es un deporte predominantemente masculino: no se puede negar. Pero esto está cambiando y las mujeres en el automovilismo están rompiendo moldes en nuestro histórico deporte.
Dado que el automovilismo es uno de los pocos deportes en los que hombres y mujeres pueden competir juntos en igualdad de condiciones, es posible argumentar que siempre iba a ser un sector en el que las mujeres tendrían dificultades para hacerse ver. Sin embargo, está claro que se están produciendo grandes avances en la accesibilidad de las mujeres piloto en todos los ámbitos, desde los jóvenes pilotos de karting hasta los rallyes y las carreras de monoplazas.
El número de mujeres conductoras se ha multiplicado por cuatro desde los años 60, cuando el número de mujeres conductoras era de una sola cifra. Eso sin mencionar el número de mujeres mecánicas, ingenieras y miembros del equipo de apoyo que también se están abriendo camino en el deporte. Está claro que hemos experimentado y seguimos experimentando un gran cambio en el deporte que sólo puede describirse como refrescante. Quedó muy claro el impacto que deja una mujer piloto fuerte al ver el dolor masivo que todos experimentamos a principios de este año por el fallecimiento de la difunta gran “Reina de Nürburgring”, Sabine Schmitz. Pero plantea la pregunta: ¿quién será el siguiente?
No se puede negar el entusiasmo que todos sentimos dentro del automovilismo por una nueva era de pilotos. Es una predicción común que el deporte cambiará completamente, para mejor, en los próximos 10 años, en gran parte gracias a la inyección de vida fresca y femenina. También es muy alentador ver que esto se fomenta enormemente con proyectos como The Girls on Track Karting Challenge de la FIA y el British Women Racing Drivers Club.
En Zamp estamos encantados de ver cómo aumentan nuestras propias conductoras, algo que nos gusta mucho ver a medida que seguimos creciendo.
Es innegable que hay cambios que hacer en todo el automovilismo a favor de la diversidad, tanto dentro como fuera de la pista, pero no olvidemos reconocer los grandes saltos que el deporte ha dado y está dando para convertirse en un deporte verdaderamente inclusivo para todos.
